200 años de mitos
Historias y relatos, de antepasados oscuros y poco confirmados, han hecho creernos por generaciones y generaciones enteras, que nuestro himno nacional es el segundo mas hermoso del mundo, después de la Marsellesa, o que el ajiaco es una comida típica colombiana, y para rematar que nuestro café es el mas delicioso del mundo…. Y de este modo podríamos seguir con mitos y leyendas, que así sean mentiras reveladas, la mayoría de nosotros juraríamos por nuestras madres que son verdades irrefutables.
Pero la verdad es que la mayoría de los mitos nacionales que los Colombianos tenemos en nuestro subconsciente colectivo, son meras especulaciones, unidas con un poco de regionalismo, tropicalismo y por supuesto bastante orgullo patrio.
Recuerdo una vez en mis épocas de lonchera y morral, que en un famoso paseo de colegio, nos llevaron a la muy conocida catedral de sal de Zipaquira, y la profesora aseguro y además confirmo con uno de los empleados de la estructura que estábamos apunto de entrar en la 9ª maravilla del mundo. Obviamente si uno tiene 10 años y le salen con semejante noticia, lo primero que se hace al llegar de la excursión fue comentarles a mis amigos y primos que “estuve en la novena maravilla del mundo “ con una emoción casi intoxicante e incontrolable. Pero para desgracia mía, mas fue mi catástrofe y rendición, cuando años mas tarde ya en un curso superior del colegio, me enteré que ni siquiera existía la 8ª maravilla del mundo moderno, y que la catedral de sal de Zipaquira, no era mas que un parador obligado de todo buen turista rolo, caleño o paisa que se respetara. De esta manera por generaciones enteras los colombianos hemos sido incautamente engañados, o simplemente ingenuos comensales de un plato de segunda mano llamado orgullo patrio.
Con esta gran desazón y viendo que estos mitos siguen de boca en boca de los colombianos me atreví a esculcar e investigar un poco mas afondo sobre que tan cierto son algunos de los mitos nacionales, que la mayoría de nosotros creemos como verdades irrefutables, o que en los colegios y escuelas de toda Colombia los maestros enseñan en las clases de historia.
“Los Colombianos y en especial los Bogotanos hablan el mejor español del mundo“
Para se sinceros antes de empezar esta investigación yo era uno de los que creía que esta era una de esas verdades irrefutables, y que el mejor español del mundo, la madre patria lo había desechado como hijo bastardo de sus tierras, para ser entregado a los rolos de sombrero bastón y abrigo. Pero indagando un poco mas afondo el porque de esta aseveración, me tope con hechos que vale la pena mirar mas detalladamente y preguntarle al rolo que tenemos adentro, si en verdad somos tan buenos hispanoparlantes.
En el año de 1871 se fundo, fuera de la madre patria, la primera Academia de la Lengua Castellana en Colombia. Pero lo que no recuerdan los historiadores y mucho menos los fanáticos afiebrados de la lengua Castellana, es que esta academia fue fundada netamente por gramáticos, escritores, y poetas que acababan de bajarse de un barco proveniente de España. Así que las mismas estructuras gramaticales y vocablos adquiridos, simplemente fueron adaptados por los criollos, que una vez en sus lenguas lo manipularon y cambiaron a su entero entendimiento, así que es poco probable que nuestros antepasados hablaran el mejor castellano del mundo.
Otro buen elemento que ayudo a hacernos creer este gran cuento, es nuestro pasado presidencial, el cual esta marcado por oradores, filósofos e intelectuales. Pero no oradores como el Presidente Samper, que de milagro se salvo del proceso ocho mil, y mucho menos de filósofos como Pastrana que por sus “ posturas políticas “ le costaron al país la hecatombe nacional.. No, ese tipo de intelectuales no. Pero si grandes castizos como Miguel Antonio Caro, o José Manuel Marroquín, los cuales eran hombre de un altísimo bagaje cultural, y de un don de la palabra y elocuencia inexistente en las ultimas 20 décadas de mandatos presidenciales.
Además como podemos jactarnos de tener uno de los mejores castellanos del mundo, cuando el desagradable spanglish se ha vuelto nuestra segunda lengua, y mucho menos cuando algunos medios de comunicación como la televisión, se atreven a poner frente a sus cámaras niñas que a duras penas terminaron el bachillerato. Así que este mito de el supuesto mejor Castellano del mundo puede estar echado a la basura, o sino preguntémosle a nuestro queridísimo y asequible Gabo sobre su postura de erradicar la ortografías que la madre patria nos regalo.
“el himno nacional de Colombia es el segundo más hermoso del mundo“
Lo importante y a la vez entretenido de este mito, es mirar para atrás y tratar de buscar en que concurso, aquelarre, celebración, borrachera o evento, alguien designo a nuestro himno patrio como el segundo mejor del mundo. A no ser de que se haya realizado un factor X de himnos nacionales o un American Idol versión himnos nacionales, este mito es y será siendo siempre una de las mentiras mas grandes que nuestros abuelos y maestros nos han dejado en su legado de orgullo patrio.
Además he escuchado de muy buenas fuentes que los chilenos y los argentinos discuten por el mismo titulo de segundones para el mejor himno nacional. Así que ha este mito, que por cierto es uno de los mas viejos que existe sobre el orgullo patrio en nuestro país, no hay que darle tantas vueltas y entender de una vez por todas que nunca en la historia de la humanidad moderna ha existido ni existirá, un concurso que mida la popularidad de los himnos nacionales de un país.
“el ajiaco fue un invento bogotano”
Este es otro mito que le dolerá a los orgulloso comensales de nuestra gastronomía rola, los cuales aseguran que el ajiaco, y para se mas específicos, el ajiaco santafereño, fue inventado y perfeccionado en bogota.
Desafortunadamente, los registros gastronómicos de los primero africanos que llegaron como esclavos a tierras colombianas, demuestran que esta supuesta típica comida criolla, ya tenía siglos de perfeccionamiento y sabiduría de olla, pasada de generación en generación por los primeros afrodecendientes colombianos.
A diferencia del ajiaco santafereño, este ajiaco original, denominaba su nombre a un fuerte condimento, parecido al ají, que le daba ese toque característico a la comida, unido también con tubérculos como la papa y la yuca, los cuales se fueron fusionando con elementos más regionales para nuestro paladar.
Y a diferencia de lo que muchos historiadores creen, el ajiaco fui introducido por la costa pacifica colombiana, y una vez generalizada su popularidad, empezó a bajar a medida que las conquistas y campañas españolas se apoderaban del territorio.
Otro punto importante que destruye la teoría del regionalismo casi autoritario del ajiaco santafereño, es el hecho que en sur América y centro América, existen mas de 30 platos parecidos al ajiaco, que mezclan tubérculos, con carnes y maíz. Obviamente llamados de otras formas y servidos de diferentes maneras, pero las similitudes son impactantes. Por ejemplo en cuba la eminencia gastronómica Nitza Villapol, perfecciono esta receta combinando varios tipos de carne, con tubérculos, tomates y aji, dando como resultado un ajiaco mas compuesto y espeso que el que se conoce tradicionalmente en Colombia.
“El que maneja carro en bogota maneja en cualquier parte del mundo “
Este mito es bien conocido entre el gremio transportador de toda Colombia. Frases tan comunes como “el que maneja acá maneja en todo el mundo “ o también frases como “ ese man maneja mejor que Montoya “ son recurrentes exclamaciones de orgullo patrio, que nos indican lo (buen) conductores, audaces e imprudentes que somos, en especial cuando descubrimos que algunos señores que manejan buses o taxis acumulan en su prontuario de faltas, la no desagradable suma de mas de cincuenta millones de pesos en comparendos.
Pero indiferentemente de la poca cultura ciudadana que tiene todos estos ases del volante, bogota es una de las ciudades mas suaves, transitables y pequeñas para manejar un automóvil, o sino hagamos una paralelo no tan descabellado. Imaginemos que es plena hora pico en la ciudad de Bombay, la cual tiene un estimado de habitantes de más de 17 millones de personas, donde las vacas se pasean oriundas por cualquier avenida sin que nadie las moleste, los semáforos son casi inexistentes, y existe la ley del que mas rápido va lleva la vía…. Si lo miramos en perspectiva bogota es un paraíso de no mas de siete millones de habitantes, donde ni siquiera la mitad tiene carro.
De esta manera dudo mucho que los colombianos estemos preparados para aguantar tanto trajín de movilidad en ciudades como Bombay, buenos aires y México, las cuales poseen casi el doble de habitantes, y su infraestructura vial no tiene nada que envidiarle a nuestro ya acostumbrados huecos o cráteres que abundan por las arterias capitalinas.
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