sábado, 24 de julio de 2010

¿Por que desconfiar de los hombres amables?

Hace algún tiempo, reunido en un grupo de trabajo, observaba con detenimiento como uno de los integrantes del grupo era especialmente servicial con una hermosa mona, que estaba sentada al otro extremo de la mesa.
Eran mis épocas de estudiante de arquitectura, y las reuniones en casas de amigos para hacer maquetas eran el pan de cada día. Pero Luchito – como le diremos de ahora en adelante a nuestro amable hombre – siempre se preocupaba por que todos, y en especial la hermosa monita, estuviéramos cómodos.

Luchito siempre ofrecía su casa para realizar las maquetas. A el no le importaba que el estudio quedara con manchas permanentes de pegante industrial, colillas de cigarrillo regadas por todo el tapete, y ese minúsculo polvillo que deja el cartón paja en el ambiente después, de cortarlo y recortarlo. Luchito, siempre estaba dispuesto a todo, con tal de tener a sus invitados a gusto.

Una noche después de trabajar fuertemente en una entrega final, Luchito, dispuso el bar de su papa, el cual era un reconocido político Bogotano. Todos celebráramos con orgullo la realización final de un proyecto, que nos había costado 1 semana entera de trasnochada, galones enteros de Red Bull y una que otra Cafiaspirina para mantenernos despiertos.
La emoción era tal, que la simple celebración con un solo trago, fue trasformándose en una pequeña fiesta privada. Música, a todo volumen, mas invitados que llegaban, botellas y mas botellas de licor abiertas, y como siempre, luchito pendiente de la comodidad de todos, pero en especial, pendiente de la comodidad de la hermosa monita que estaba en nuestro grupo de trabajo.

Pasadas las horas, todos ya estábamos en el modo – piloto automático- momento en el cual ya casi nada importa y la vergüenza se esfuma como torta en colegio pobre. Así que nuestro querido Luchito, como siempre muy caballeroso, se dispuso a organizar a los invitados mas alcoholizados, en los diferentes cuartos de su apartamento. Pensó perfectamente en todo para así quedar solo con la hermosa monita: Luchis con Jorge. Laura con Pipe. Y Yo… yo quede solo por que estaba muy ebrio para dormirme.
Pero el punto es que cuando toda su gentileza estaba fríamente calculada para realizar el morboso acto de seducción alcohólica. La hermosa monita, saco de lo mas profundo de su ser, una heroico comportamiento, digno de una paisa acostumbrada a tratar con peores patanes.

Resulta que Luchito estaba jalando a la monita para el cuarto principal. Pero de un momento a otro, la hermosa monita, muy gentilmente y con la mayor firmeza del mundo, le zampo una cachetada, que hizo despertar a Lauris y a pipe, a Luchis y Jorge. Y con unas palabras perfectamente adaptadas par la ocasión, y con ese acento paisa que enloquece a los hombre, le dijo al pobre Luchito. “ Rolo #$%&, deje de ser tan zalamero y atolondrado “
Acto seguido la hermosa monita, tambaleado sus pasos, pero firme y convincente, pidió un taxi y se desapareció de la escena.



Días después, nos reunimos minutos antes de la entrega final para aclara algunos puntos, pero nadie se atrevía a decir algo sobre el bochornoso incidente.
El proyecto se entrego, la hermosa monita, completamente tranquila expuso su parte del proyecto, y todos quedamos con una gran sonrisa en la cara. Excepto nuestro amable Luchito, que después de ese incidente nunca se atrevió a cruzar palabra alguna con la hermosa monita, ni volvió a prestar su casa para hacer maquetas

Han pasado varios años desde ese inusual incidente, pero aun me queda el incomodo recuerdo de luchito y su extrema amabilidad. Por eso cada vez que me acerco a un grupo de amigos, y veo que hay un hombre especialmente cortes con alguna mujer, desconfió de el. Pues siempre en mi cabeza, me imagino a Luchito. El cual debe ser un exitoso arquitecto, y que después de un pesado día de trabajo, en alguna obra, se reúne con los maestros y trabajadores, los invita a un petaco de cerveza, y espera el momento preciso para asechar a la infaltable tender que se instala siempre al lado de las obras a vender empanadas, gaseosa y chorizo.

No hay comentarios: